541 años atrás, desde las manos del todo poderoso dios surge una caritativa y hermosa nueva alma que estaba destinada a entrar en uno de los cuerpos que se encontraba en el mundo de los mortales, en la tierra, o mejor dicho... en el mar. Al mismo tiempo en el que dios realizaba sus mágicas hazañas, una mujer yacía en un barco pirata con una barriga pronunciada, típica de un embarazo de ya 9 meses que curiosamente daría a luz en ese mismo instante. El alma de dios rompió los limites del tiempo y el espacio, entrando en el cuerpo de la mujer mientras esta caía al suelo frió de madera, tan frío como la mirada de aquel espíritu que entre tantos diabólicos piratas acechaba, errando entre camarotes, esperando el momento justo que ya había llegado.
Su caída no fue severa, mas rápidamente fue rodeada por hombres como si así se tratase. Le tomaron de las manos, piernas, caderas y le levantaron corriendo directamente hacia la parte inferior del tambaleante barco en el que se encontraban, a medias del océano español, llegando a aquellos camarotes oscuros, apenas iluminados por una patética lampara que emanaba luz gracias a una vela que se encontraba tras un par de vidrios.
Rápidamente se pudo sentir una baja temperatura en el lugar, presagios de mal agüero. Ignorando el hecho por necesidad urgente de tener a aquella mujer en cama, le colocaron en una mientras uno de los piratas gritaba fuertemente para llamar al medico que se encontraba poco mas adelante, acostado también. El joven hombre dio un brinco saliendo de la cama colgante y corrió en dirección a la mujer, colocándose frente para tomar de sus piernas y notar como estaba a punto de dar a luz notando las contracciones y obviamente los fuertes gritos.
Se devolvió a su cama y tomo bajo esta los implementos necesarios para dar un parto de forma correcta y segura mientras nuevamente se colocaba frente a la mujer pidiéndole a los hombres que salieran del lugar y se quedara uno solo, al igual que haciendo la petición a la joven mujer que respirara profundo y se calmara un poco.
Todos salieron, curiosamente el único que se quedo dentro de la habitación junto al doctor, era esa alma fría y desolada que acechaba con enormes ansias al joven bebe que apenas estaba naciendo. Aquel doctor realizo todo lo necesario, pero algo extraño ocurrió, el joven niño de cabellos negros comenzó a cambiar de tonalidad su piel, tornándose completamente blanca. Un tercer ojo salio de su frente con un color rojo profundamente carmesí, como la sangre mientras dientes se asomaban por aquella boca. El doctor no tuvo tiempo a gritar, la criatura demoníaca que yacía acechando había devorado el alma creada por dios e introducida en ese cuerpo físico, de manera que ahora era el demonio el que residía dentro del cuerpo humano. Aquel ayudante no era nada mas y nada menos que una criatura de los infiernos.
El principal ayudante a este nacimiento, era aquel chico que parecía tener conocimientos de medicina, pues el dio paso al nacimiento del cuerpo del bebe, mas lastimosamente este sujeto murió por un infarto. La mujer tuvo el chance de vociferar pidiendo ayuda debido a lo que logro ver con sus dilatados ojos, mas... no fue posible que su destino siguiera ya que las cadenas que amarraban su vida al barco, fueron rotas. El ancla había sido lanzada al oscuro fondo de los mundos de las entidades demoníacas y aquella mujer se fue con ella, al igual que el doctor.
Dios todo poderoso, consciente de lo ocurrido, poso sus manos de gracia sobre el barco y con un poderoso haz de luz solar sello la entidad demoníaca para que su fuerza se viera diezmada, aunque no por completo, bajaría en gran medida. El bebe paso a ser una criatura feroz y bestial a un simple demonio con forma humana.
Los piratas lograron llegar justo cuando ya no parecía nada sospechoso, sacando con tristeza los cadáveres de los dos presentes y tomando al bebe entre brazos para criarlo en un futuro. Los cuerpos sin vida se colocaron en un par de barcas con mantas, una vela y una cruz de madera sobre ellos, bajándolos por uno de los costados del barco para dejarlos sobre el feroz mar. Algo interesante, es que las barcas estaban repletas de material combustible y uno de aquellos marineros arrojando una flecha de fuego, encendió los botes para que los mismos se volvieran ceniza sobre el mar, desapareciendo los mismos con el tiempo y junto a la pareja asesinada por aquel bebe...
Dios, teniendo en cuenta la presencia de un demonio en el barco, le estableció ciertas normas que debería seguir, o esta criatura seria expulsada sin temor ni titubeo del mundo y llevada a donde pertenecía, aquella entidad dentro del cuerpo sin alma mas que la del demonio cuyo nombre era Lucifer, acepto sin remedio alguno.
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