Escarlata bajo la luz de la luna -Privado Louise Delacroix +18-

(Fecha: 31 de Mayo de 2011. 01:23 am)

-Mmm…- Suspiró suavemente al sentirlo y arqueó ligeramente la espalda, tomando sus mejillas y atrayéndole hacia ella para poder besar sus labios de forma apasionada, ahogando sus gemidos en aquel beso. Sus movimientos finalmente la hicieron llegar a su límite y cayó rendida en la cama, entre sus brazos. Sonrió de forma seductora y se inclinó hacia adelante, besando rápidamente sus labios, jugando con su cabello entre sus dedos.

-Fue bastante agradable…- Le dijo al chico a su lado, dejándose abrazar por él, acomodando su mejilla en su hombro. Habían pasado ya varios minutos desde el momento en que aquel apasionado momento había llegado a su fin, ahora simplemente descansaban en la cama, debajo de la sábana. -Sería perfecto poder pasar el resto de la noche aquí, contigo… podríamos jugar más… pero tengo que irme, si alguien me encuentra a esta hora fuera del dormitorio seguramente se molestarían… más si me ven en el de otra academia- Dijo intentando levantarse aunque el chico la detuvo, sonriéndole -Quédate, nadie te descubrirá- La castaña frunció el ceño y con su sangre, hizo un corte en sus brazos, haciendo también un corte pequeño en los dedos del chico -Te dije que debo irme… si intentas detenerme de nuevo, no voy a ser buena contigo-

Se levantó, saliendo de debajo de las sábanas y se puso de pie, comenzando a juntar su ropa, la cual estaba por toda la habitación. Cuando la juntó, comenzó a vestirse y sintió los brazos del chico rodeándola desde atrás -Vendrás mañana???- Le susurró al oído, haciéndola sonreír -Quizá… pórtate bien y aquí me tendrás- Le susurro, liberándose de sus brazos para terminar de vestirse y luego de acomodarse un poco el cabello, salir de la habitación.

Fue entonces a su dormitorio, en aquel momento se encontraba en el de Zweighaft, dirigiéndose con prisa a su habitación. La noche había caído hacía varias horas, la luna iluminaba los amplios jardines que unían a las cinco academias, por lo que seguramente su compañera ya estaría dormida. Al llegar, abrió la puerta y vaya sorpresa se llevó al entrar y encontrar la lámpara del escritorio prendida. Entró y miró a la rubia que aparentemente escribía algo en su laptop -Creí que estarías dormida- Le dijo mientras cerraba la puerta.

Se había levantado unas horas después de haberse dormido. Había tenido una especie de mal sueño, uno en donde después de crear una ilusión no la podía detener y... Afortunadamente había despertado.

Tratando de tranquilizarse, fue al baño, y al regresar descubrió la cama de Alessa vacía. Se quedó frente a la cama un rato, hasta que suspirando caminó hacía el escritorio, encendiendo su laptop.

Luego de un rato Alessa entró a la habitación. Sin distraerse de su laptop habló.

-Hola Alessa... ¿Qué tal?-Preguntó-, yo tuve un mal sueño... Por eso me puse a ver ésta película, ¿Quieres verla?-Se movió, dejando ver en la pantalla la película de la era de hielo-, es una buena película... Perfecta para relajarme.

Se acercó a la rubia, mirando la película que veía en la computadora -Mmm… no lo sé… primero tomare un baño, no quiero oler a sudor…- Caminó hacia el ropero, comenzando a desvestirse y lo abrió, sacando un pijama verde claro. Lo arrojó hacia su cama y también sacó ropa interior. Luego de hacerlo, siguió desvistiéndose, echando su playera al cesto de la ropa sucia y acercándose nuevamente a su compañera. La abrazó por el cuello desde atrás, mordiendo suavemente su oído -En ese mal sueño que tuviste… que pasaba???- Le susurró besando suavemente su cuello, envolviendo sus propias manos a la altura del pecho de la chica.

Cerró los ojos, sonriendo levemente e hizo girar la silla para así quedar de frente a ella. Se sentó en sus piernas, cuidando que no le lastimara ni nada parecido y beso la comisura de sus labios -No debes temer… fue solamente un sueño… deberías temer más a la realidad…- Se levantó y se deshizo del resto de su ropa para luego dirigirse al baño y abrir la llave del agua. Mientras esperaba a que se calentara, tomó su toalla y la dejo encima del retrete, al lado de la regadera. Finalmente, se metió debajo del chorro de agua y cerró la cortina para que el agua no salpicara en todo el baño. En ese momento, sus brazos comenzaron a sangrar, producto de las heridas que hacía unos minutos se había hecho al usar su poder.

Había dejado abierta la puerta del baño por lo que aún podía escuchar levemente el sonido de la computadora.

-Entonces ve a bañarte...Y sobre el sueño...Bueno, no fue nada grave...-Contestó, viendo como Alessa se alejaba y entraba al baño sin cerrar del todo la puerta.

Aun tenía algo de miedo de su sueño, a pesar de que lo estaba tratando de ignorar, de hecho había pensado en dormir junto a Alessa, pero cuando había descubierto que la castaña no estaba en la habitación se había tenido que conformar con la película.

Tomando una decisión, Louise se dirigió hacía el baño.

-Alessa...-Murmuró, desde el marco de la puerta-, ¿Te molesta que me quedé aquí? No pienso entrar si eso te preocupa...-Aclaró, quedándose parada en la entrada del baño, sin moverse aun.

Al oir su voz desde la puerta, abrió la cortina de la regadera lo suficiente para poder verla. Le extrañó que estuviera así, después de todo había dicho que no era nada pero seguramente lo había dicho para no preocuparle. En realidad no era necesario mentir, no es que se preocupara demasiado por los sueños de otras personas. La miro de pies a cabeza, sonriendo levemente -Claro… gustas entrar??? Por mi no hay problema…- Le dijo sonriendo, cerrando nuevamente la cortina y tomó una esponja a la cual antes le había puesto jabón para comenzar a tallar su cuerpo, luego de lo ocurrido en el dormitorio de Zweighaft, el olor del sudor se había impregnado a su cuerpo y aquello le resultaba demasiado desagradable.

Las heridas en sus brazos seguían sangrando y el agua en el suelo tenía un ligero color rosado a causa de la sangre de la castaña que se bañaba con total calma, ignorando sus heridas a pesar del ardor que sentía cuando pasaba la esponja con jabón por éstas. Estaba algo cansada aunque la idea de tomar un baño juntas le resultaba tentadora… bastante agradable a decir verdad y quizá una buena oportunidad para satisfacer su deseo… una oportunidad única para tenerla entre sus manos.

Observó la cortina cerrarse, e instantaneamente desvió la mirada. No podía imaginarse aquello, no le parecía raro ni mucho menos, pues había tomado duchas con sus primas en otras ocasiones, pero en ésta ocasión no le parecía adecuado.

Se quedó callada un momento, tan sólo escuchando el sonido del agua correr y observando el espejo del lavabo, viendo en él su reflejo.

Caminó hasta llegar a la taza del baño, bajando la tapa y tomando asiento en él.

-Creo que aquí estoy bien...- Dijo-, Alessa...-Llamó tranquilamente esperando a la respuesta de la castaña que fue un simple ruido parecido ah "mmm?"- ¿A donde saliste hace rato?-Preguntó por simple curiosidad y deseo de pensar en otra cosa que no fuera su pesadilla, y sin querer quedarse simplemente sentada en el baño.

Al notar que la rubia había rechazado su idea hizo una pequeña mueca pero no dijo nada. Ya tendría más oportunidades. Siguió con su tarea, escuchando que se acercaba y tomaba asiento en la taza. Su pregunta le sorprendió, no le apenaba responderle pero no creía que la curiosidad que tenía fuera tanta -Fui al dormitorio de la academia Zweighaft, acordé verme con un chico de allá. Como su compañero de cuarto salió de la ciudad, aprovechamos esta noche-

Cerró las llaves del agua y abrió la cortina de la regadera, tomando su toalla para así secar su cuerpo, empezando por las piernas. Al terminar, se envolvió con la toalla y caminó de regreso a la habitación. Dejo la toalla en su silla para luego sacar un camisón de su closet. Se vistió únicamente con éste y se tiró en la cama, mirando la parte de abajo de la litera. Suspiró suavemente y dio un bostezo largo. Estaba agotada… -Entonces… que soñaste linda???- Preguntó. Todavía no le había contado su sueño así que comenzaba a ponerse ansiosa.

-Ya, claro...-Dijo ante la explicación de la castaña, ligeramente pensativa pero sin darle demasiada importancia. Lo único que de verdad le preocupaba era si la hubieran descubierto, pues tal vez podría ocasionarle problemas a ella misma, pero no había pasado nada de eso, y además la castaña había regresado perfectamente, por lo que no se preocupaba.

Se quedó sentada mientras Alessa se secaba y tan sólo se levantó cuando la otra salió del baño, siguiéndola.

-La verdad es que me parece un poco infantil...-Confesó, mirando atentamente a la chica en la cama. Suspiró-, tan sólo son cosas que...-Calló antes de agregar nada más, sentía una sensación parecida al dolor al hablar sobre ello.

Caminó hacía donde Alessa se encontraba, sentándose en la orilla de la cama, reclinada hacía el frente para evitar golpearse con la parte de arriba de la litera, dándole la espalda a la castaña.

-Creo que se debe a que prácticamente toda mi vida me la he pasado en mi casa-Reflexionó Louise, sonando algo así como al principio de una historia bastante larga-, una casa puede ser más tétrica que el mundo entero...-Dijo completamente segura de eso, sin agregar nada más. El final de la historia.

Al sentir que se sentó en su cama, le miró y arrugó ligeramente el entrecejo mientras le escuchaba. Cuando terminó de hablar, la castaña dio un pequeño suspiro y comenzó a formar en su mano derecha una figura de sangre: un gato, como había hecho la primera vez. Se sentó y se acercó a ella desde atrás para tomar su mentón y hacerla girar el rostro mientras su otra mano dejaba la figurita en manos de la rubia. Cuando sus ojos se encontraron, sonrió levemente y la besó, haciéndola recostarse de espaldas en la cama mientras ella giraba un poco para acomodarse arriba de ella. En cuanto estuvieron completamente recostadas, atravesadas en la cama, separo sus labios y bajo a su cuello, dándole una pequeña mordida para luego mirarla a los ojos -Ya no estás en casa… ahora eres libre…- Le susurró, mordiendo suavemente su labio inferior y jalándolo con delicadeza.

Volvió a recostarse de la forma correcta, acomodando la cabeza de la rubia sobre su estomago y comenzó a acariciar su cabello, sus mejillas -Cuéntame más sobre tu sueño… Susurró con voz suave, amable pero seria. Quería saber más… debilidades, fortalezas… era importante conocer a las personas que le rodeaban. Sonrió levemente y cerró los ojos aunque no iba a dormirse aún, simplemente quería descansar un poco la vista.

OFF: Gomen, no supe que mas escribir XD

Se dejó hacer con tranquilidad, y pensó un poco en la petición de Alessa. Atravesó su brazo alrededor de Alessa, en un abrazo suave, disfrutando de las caricias en su cabello.

-Es por mi poder...-Susurró. Louise no estaba segura, pero tenía el presentimiento de que era por eso-. Crear ilusiones tiene mucho que ver con los detalles, pero también mucho con la imaginación-Explicó-. Los sueños son el conjunto distorsionado de las experiencias vividas en el día a día-Dijo de forma monótona, como si lo estuviera leyendo de alguna clase de libro científico, de esos que a pesar de ser interesantes no te contagian emoción.

Se quedó callada un momento. Distraidamente acarició el costado de Alessa, mientras pensaba en lo que acababa de decir. Giró ligeramente el rostro hasta poder depositar un beso en el estómago de Alessa. Luego suspiró.

-Seguro es el poder... Porque son muy reales...-Susurró con un toque de tristeza en la voz.

Tal vez tratando de alejar aquella tristeza rió un poco, alzando su rostro y su cuerpo, acomodándose para esta vez ser ella quien quedara sobre Alessa, encorvando un poco el cuerpo para no chocar contra la litera superior y al mismo tiempo, observar mejor a Alessa.

-¡Te tengo atrapada!-Exclamó con una voz que a propósito intentaba ser infantil. Soltó una carcajada.

La escuchó con calma, jugueteando con su cabello mientras lo acariciaba suavemente. Sonrió levemente al escucharla. Su poder era la causa de las pesadillas??? Era posible y creíble… un desafortunado precio a pagar al utilizar aquel poder. Definitivamente su suerte era mejor, utilizar su sangre no era algo tan dañino… al menos no dañaba su mente. Escuchó la pequeña explicación acerca de los sueños, no era que no lo supiera pero el tono de la voz que utilizó la menor le parecía gracioso. Dio un pequeño suspiro y abrió los ojos, mirándola descansar sobre su estomago.

Se estremeció cuando la menor acarició su costado y le miró fijamente a los ojos, sonriendo levemente. Era atractiva… cada parte de su persona, especialmente aquella pureza, hacían que Alessa sintiera un enorme deseo por ella. Suspiró suavemente al notar que la caricia se detenía, le había resultado agradable pero tampoco pediría que lo hiciera de nuevo. Una pequeña risa escapó de sus labios cuando la rubia besó su estomago, no entendía por qué lo había hecho pero se le hizo gracioso.

Cerró los ojos al sentir que Louise se acomodaba arriba de ella y la tomo por la cintura suavemente, sonriéndole de forma dulce al escuchar sus palabras -No lo creo…- Le susurró y en un rápido movimiento, tomó sus muñecas y giró su cuerpo, cambiando de lugar con la menor que ahora se encontraba debajo, con las manos atrapadas contra la cama. Bajo y besó su nariz de forma juguetona -Ahora eres mía querida- Le dijo ladeando la cabeza, dejando escapar una pequeña risita.

El movimiento la hizo sentir aturdida. Dejó escapar un jadeo de sorpresa y dolor, ya que había sido bastante brusco y rápido, logrando cambiar el sentido de "donde quedaba arriba y donde abajo". Tardó en enforcar su vista en la castaña sobre ella.

-Eso es trampa...-Dijo luego de la caricia de Alessa. Intentó soltarse del agarre de la otra, retorciéndose y jalando fuerte, sin embargo la otra no la soltó.

Se quedó quieta, observando a la castaña sobre ella.

-Tus ojos...-Susurró, mirando intensamente aquellos ojos de extraño color-... Son bonitos...-Soltó una risita- Entonces soy tuya, ¿No?-Preguntó con humor- ¿Y les haces daño a los que son tuyos?-Preguntó, retorciendo ligeramente las manos para que dejare de apretar así de fuerte o para que la soltara del todo- Quiero abrazarte...-Explicó con sinceridad.

Sonrió al notar la expresión en su rostro, parecía haber quedado un tanto aturdida con tan repentino cambio. Tuvo que sostenerla con algo de fuerza, quizá usando un poco de más, para evitar que se soltara cuando comenzó a tirar pero no detuvo su apretón cuando desistió y simplemente se quedó mirándola. Ya que no se quejaba, no le preocupaba estar lastimándola y quizá si estuviera haciéndolo, haría caso omiso. Su comentario la hizo reír suavemente -No solo mis ojos querida…- Le susurró sonriendo mientras se inclinaba un poco sobre de ella.

Lamió suavemente sus labios, usando solamente la punta de su lengua para no interrumpir sus palabras. Cuando terminó de hablar, sonrió y comenzó a morder su propio labio hasta que hizo que la sangre fluyera y un par de gotas cayeran sobre la mejilla ajena -Te dejare abrazarme en cuanto pueda probarte…- La sangre de su labio se detuvo mientras que la que había caído en la mejilla de Louise, comenzaba a hacer un corte muy fino en su piel. Seguramente sentiría un gran ardor en cuanto su piel fuera completamente cortada pero no era algo muy profundo, solo lo necesario como para que un poco de su sangre escapara de aquel pequeño corte.

Lamió su propia sangre para luego mirar como hipnotizada la sangre de la rubia, fluyendo por aquella pequeña herida. Dejo que fuera una cantidad considerable, claro para el tamaño de la herida, lo que representaba no más de cinco gotas. Cuando el líquido comenzó a escurrir, se acercó y lo limpió suavemente con la lengua, saboreándolo un poco antes de sonreír a la rubia y soltar sus manos -No está mal… me gusta…- Susurró tomándola por la cintura y comenzó a besar su mejilla, recorriendo su piel con los labios hasta llegar a su cuello y la mordió, no como para herirla pero quizá alcanzaría a sentir una pequeña punzada en el cuello. En base a sus reacciones, se definiría el juego que vendría a continuación.

No escaparía esta vez.

-Lo sé...-Murmuró observandola acercarse a ella. Su corazón empezó a latir muy rápido y fuerte, de una manera un tanto dolorosa.

Al contacto de la lengua de Alessa con sus labios tuvo el impulso de tocar aquella con la suya propia, pero Alessa se alejó un poco. Sintió un líquido caliente escurrir por su mejilla, y antes de que la castaña lo dijera, Louise ya sabía lo que era.

Cerró los ojos fuertemente y se mordió los labios por la parte interna cuando sintió el ardor en su mejilla, pero relajó rápidamente la mandíbula pues podría hacerse un corte aun más doloroso.

-Alessa...-Jadeó al sentir su lengua lamiendo la herida, un gesto que le pareció extraño, pero reconfortante. Relajó sus facciones y finalmente abrió los ojos cuando Alessa habló de nuevo.

En cuanto la otra la soltó, dirigió sus manos temblorosas hacia la cabeza de Alessa, y acarició suavemente sus cabellos.

La mordida dolió también, y no pudo evitar soltar un jadeó de asombro, giró su cuello al lado contrario, como si se lo ofreciera a Alessa, y siguió acariciando su cabello. Su respiración era agitada.

-Eso dolió...-Comentó con un tono de voz resentido, haciendo un puchero. Empujó la cabeza de Alessa y se acomodó para que el rostro de Alessa quedara frente al suyo.

La miró intensamente, y con una mano acarició la mejilla de Alessa, deslizándose hasta llegar a sus labios que delineó suavemente.

-Bésame-Ordenó-quiero probar mi sangre en tus labios...-Aseguró, mirando los labios.

Luego de la mordida, la rubia se quejó por aquello. Dolor… una sensación que le resultaba tan agradable, causaba aquella reacción en la mayoría de las personas.

Sintió como le empujaba suavemente la cabeza así que no se resistió y se quedó mirándola a los ojos, mirando de reojo la sangre de la menor que seguía brotando lentamente de la herida. Sus ojos volvieron a posarse sobre los ajenos al sentir la caricia en su mejilla. Se inclinó hacia ella al escuchar sus palabras, su ceño se había fruncido ligeramente, no le gustaba que le ordenaran y no dejaría que nadie, ni ella, lo hicieran. Mordió el labio de la rubia, sin lastimarle pero asegurándose que sintiera la presión de sus dientes.

-No me des ordenes… no me gusta que lo hagan…- Le susurró antes de ir a su mejilla y limpiar nuevamente la sangre de la rubia pero esta vez con sus labios, no la lengua. Sonrió levemente y ladeó un poco la cabeza mientras presionaba sus labios contra los de su compañera y cerraba los ojos, dejándose llevar. Su mano derecha fue hacia la parte inferior de su blusa y paso por debajo de la tela para luego ascender lentamente hasta su estomago. Lo acarició suavemente con las uñas, sin llegar a lastimarla.

Separó sus labios para poder mirarle a los ojos mientras su mano la rodeaba, pasando de su estomago hacia su espalda. Le abrazó con fuerza, apegándola a su cuerpo y sonrió con cierta malicia mientras su mano izquierda sostenía la derecha de Louise y entrelazaba sus dedos con los ajenos -Ahora eres mía…- Le dijo con un toque cariñoso pero seria, lamiendo su mejilla.

-Lo siento...-Dijo riendo un poco, tomándolo a la ligera. Se quedó en silencio cuando Alessa besó su mejilla ensangrentada y regreso a sus labios, presionándoles suavemente.

Louise deslizó fuera su lengua para lamer los de Alessa, removiendo el líquido viscoso de ellos, aprovechó la posición para echar sus brazos alrededor del cuello de Alessa.

Las manos de la castaña estaban frías, pero no le importó eso. Sin embargo quiso reprocharle el haberse alejado de nuevo. Se calmó al sentir los brazos de la otra rodeándola, se arqueó para que el movimiento fuera más fácil, y cambió sus brazos de posición ahora sosteniéndose de Alessa por los hombros sin apretar. Cedió su mano con facilidad cuando la otra se la pidió.

Se dejó hacer por Alessa, reflexionando sobre lo que ella había dicho, sobre cómo era Alessa y sobre lo que anteriormente había dicho sobre las ordenes.

-¿Tú eres mía también?-Preguntó tímidamente, acariciando el hombro de Alessa y mirándola de reojo, ya que la otra estaba muy entretenida en otras partes de su rostro como para poder verla-¿Me quieres al menos?-Agregó, sintiéndose de repente temerosa ante la respuesta.

Sonrió al escucharla y una pequeña risa escapó de sus labios. Negó suavemente con la cabeza -Tú más que nadie, sabes que no tengo dueño… pero, si te quiero???- Se quedó en silencio un par de segundos, aprovechando para besarle suavemente, sin cerrar los ojos para mirarla en todo momento -Claro que te quiero…- Sonrió levemente, arrugando ligeramente el entrecejo. Su cariño hacia la rubia no era lo que se podía definir como verdadero cariño, más bien era un sentimiento generado por el interés que sentía hacia ella, tanto físico como psicológico.

Su mano ascendió por su espalda hasta la mitad de ésta y desde ahí, descendió hasta la parte baja de su cuerpo arañándola, sin llegar a causarle heridas pero sus uñas dejaron marcado su camino sobre la piel de la chica, cinco marcas rojas en su blanca piel. Sonrió y soltó su otra mano, comenzando a subir lentamente su blusa y así descubrir su pecho. No preguntó ni pidió permiso, la dejo en la cama y se puso de rodillas sobre de ella para poder quitarle aquella prenda que para ese momento resultaba más que molesta. Sonrió al ver que no llevaba sostén y poder observar los senos de la chica. Haciendo memoria, aquella era la primera vez que podía verle sin ropa interior, a diferencia de ella, Louise no solía cambiarse de ropa enfrente de ella, al menos no la ropa íntima.

Se volvió a inclinar, apegando su cuerpo al de ella que ya estaba semidesnuda y empezó a morder su hombro derecho, marcando sus dientes desde ahí hasta su mejilla, a la cual también le dio una pequeña mordida luego de haber recorrido todo su cuello.

Tomó su otra mejilla con una mano y la besó, deslizando su lengua entre sus labios y tocando la de ella, profundizando el beso. Era la primera vez que le besaba de aquella manera pero no pensaba contenerse en aquel momento, había esperado desde su llegada para tenerla y no dejaría que pasará un día más. Sus manos acariciaban sus costados, por alguna razón no se atrevía a tocar su cuerpo, quizá el hecho de haber actuado tan rápido le hacía avanzar lentamente con sus caricias.

-Lo sabía...-Murmuró con un poco de decepción, en realidad ya lo sabía: que Alessa no tenía dueño. Aun así esperó con nerviosismo la segunda respuesta, aunque con menos confianza.

Sonrió ampliamente ante la respuesta. Sintió felicidad retorcida al sentir las uñas de Alessa sobre su piel. No puso objeciones a los avances de Alessa, aunque se sintió extraña al estar desnuda frente a la otra, a pesar de que la castaña no mostraba problemas ante su propia desnudez, Louise recordaba perfectamente que Alessa no la había visto "sin nada". Decidió tomar la filosofía de su compañera de cuarta y no darle importancia.

Sonrió ante el placer en la mirada de Alessa, sintiendose mucho más cómoda, giró el rostro al lado contrario en el que Alessa se encontraba, mordiendo su hombro y su cuello, para darle más espacio. Movió sus brazos hacía la espalda de Alessa acariciándola. La última mordida ardió ligeramente, ya que había arañado la herida anterior. Louise hizo una mueca, pero no dijo nada. Dándose cuenta de que aquellas marcas le proporcionaban un retorcido placer de sentirse de Alessa. A pesar de que la propia Alessa no fuera suya.

Se entregó al beso casi con desesperación. Se había acostumbrado a los multiples besos que compartía con la otra, pero ninguno había llegado a ser de esa forma, por lo que Louise consideró que era del tipo de besos en los que podría entregarse completamente. Sus manos se colaron bajo la ropa de Alessa. Ya que ésta llevaba un camisón rozó con sus dedos sus muslos subiendo hasta la espalda y acariciando hasta que el besó terminó.

-¿Puedo?-Preguntó, alzando un poco más la prenda hacía arriba.

Sonrió levemente al escuchar aquella pregunta. Mordió suavemente su hombro y asintió con la cabeza. Bajo un poco, quedando su cabeza a la altura de los hombros de la rubia y así no tener que seguir agachándose para alcanzar aquella zona. Esta vez sería el turno de su hombro izquierdo. Comenzó a morderlo, en ocasiones un poco fuerte mientras que otras eran pequeñas mordidas juguetonas.

Su mano derecha se posó sobre el seno izquierdo de su compañera, acoplándose a su forma y presionándolo suavemente, acariciándolo con gentileza -Es tu primera vez???- Preguntó con una voz tranquila mientras se deleitaba al poder tocar aquel hermoso cuerpo, solo le emocionaría más si eran sus manos las que se adueñaban de su pureza.

Su mano izquierda volvió a arañar su piel pero esta vez había sido su muslo, lo arañó desde la parte de atrás de la rodilla hasta que su mano llegó al borde de la tela del pijama, aquel molesto short. Lamentablemente en aquella posición no podía deshacerse de él y no quería moverse aún, dejaría la prenda en su lugar por un rato más.

La miró fijamente a los ojos y sonrió de forma seductora, pícara -Serás mía… y yo tuya… solo ésta noche, entendido???- Le susurró mirándola a los ojos, pasando a morder la parte en la que su hombro y su cuello se unían. Lamió entonces las zonas que había estado mordiendo hasta ese instante y le dedicó una sonrisa dulce al notar que había enrojecido bastante su piel -Perdón…- Le dijo dándole un beso de forma cariñosa en el hombro. Normalmente no lo haría, pero aquella disculpa era honesta, la menor no parecía ser de las que disfrutaban el dolor y ella se había pasado un par de minutos mordiéndole, buscando algún suspiro o quizá un gemido a causa del dolor.

Se acercó un poco y volvió a besar sus labios, cerrando los ojos y tomándola por la cintura con la mano izquierda.

Las caricias de Alessa le mandaban sensaciones por todo el cuerpo que le abrumaban. Intentó concentrarse tan sólo en eso, pero la pregunta de Alessa la regresó al mundo.

-Mmmm...-Trataba de concentrarse en lo que Alessa le había preguntado, que en ese instante no parecía tener sentido-Ah, sí...La primera-Susurró al entenderlo finalmente.

Quería jalar el camisón de Alessa, sin embargo en la posición en que la otra se encontraba, no parecía ser muy cómodo. Igualmente siguió sujetando el borde con una mano, mientras que con la otra acariciaba a Alessa.

Sintió las manos de la otra recorriéndola y supo que al igual que ella, Alessa también deseaba deshacerse de la ropa que estorbaba en el camino. Suspiró.

-Okey...-Susurró de forma dulce. Cerró los ojos con fuerza al sentir los lametones en las heridas, eso le parecía dulce, pero se sentía bastante extraño, pues esa zona estaba caliente y sensible, y la lengua de Alessa se sentía extraña ahí.

Respondió al beso casi con adoración, abrazando fuerte a Alessa. Se apoyó para poder levantarse un poco y jaló la ropa de Alessa. Separándose del beso en ese momento. Aventó la ropa de Alessa lejos de ahí, y volvió a besar con desesperación a Alessa.

La fémina separó sus labios de los de ella para, de un tirón, sacar su camisón con la ayuda de ésta, que levantó rápidamente los brazos, y luego arrojarlo lejos. Sonrió levemente al notar aquella actitud por su parte, le gustaba que no estuviera simplemente estática, sin hacer nada.

Volvió a besar sus labios por un par de segundos pero luego se detuvo y se separó, bajando hasta su hombro nuevamente y le dio una mordida más pero esta fue delicada, solamente para que sintiera la caricia. Sus manos estaban en su cintura y comenzaron a bajar lentamente, jalando con ellas el short y la ropa interior de la chica hasta el punto más bajo que alcanzó en aquella posición, que era poco antes de la rodilla.

Se levantó, colocándose junto a ella un momento para poder quitarle aquellas dos prendas y las arrojó al mismo lugar al que había ido a parar su camisón. Aprovechando la posición, acarició el cuerpo de su compañera desde su tobillo, pasando por toda su pierna, hasta su vientre y finalmente uno de sus senos. Besó el centro de su pecho suavemente y luego bajó hacia su seno derecho, repitiendo aquella caricia un par de veces. Saco la punta lengua y lamio suavemente hasta llegar a su pezón, pasando la lengua en círculos alrededor mientras su mano izquierda acariciaba su muslo y subía a su vientre, repitiendo eso varias veces.

Se separó un poco, sentándose sobre sus muslos pero con la espalda un poco inclinada hacia adelante para no golpearse. Sus manos descansaban sobre el estomago de su compañera aunque subían lentamente hasta que llegaron a sus senos y comenzaron a masajearlos suavemente. Le sonrió dulcemente -Me gusta tu cuerpo… eres bastante linda… y tu piel es suave y sensible… la sensación es bastante agradable…- Susurraba suavemente, mirándole a los ojos mientras sus manos atendían su cuerpo.

La soltó un momento y se recostó. Sus brazos pasaron con delicadeza por debajo de ella, abrazándole por la cintura, juntando su cuerpo al de ella -Dime… ¿qué es lo que sientes por mi?- Le susurró suavemente mientras besaba su mejilla y finalmente le dio una mordida suave en el labio inferior para dejarle hablar.

Su respiración se aceleró conforme Alessa recorría su cuerpo. Su corazón latía rápido y le costaba respirar, pero se dejó hacer; ayudando a Alessa a deshacerse de su ropa subiendo las caderas.

Un jadeo escapó de sus labios al sentir la lengua de Alessa recorriendo su cuerpo. Se avergonzó por el sonido y cerró la boca, tapándosela con las dos manos.

Miró con ojos brillosos por la emoción a Alessa cuando se encontraba sobre ella. Podía sentir sus manos caliente por el vaho que exhalaba, y sintió la necesidad de decirle a Alessa que ella era hermosa, pero supo que con tan sólo mirarla de la forma en la que lo hacía; ella lo sabría.

A pesar de sus renuencias dejó su boca libre para abrazar a Alessa, se sentía un poco más calmada, apenas un poco, pero no había podido evitarlo.

-No lo sé...-Contestó jadeando, apretando a Alessa más fuerte contra ella-... Lo que sea, pero...-Comenzó a hablar, sin poder expresar lo que realmente sentía por ella, y en esos momentos no tenía muchas ganas de hacerlo-... Pero quiero que estes conmigo...-Explicó.

Besó a Alessa con desesperación y se acomodó para que una de las piernas de Alessa estuviera entre las suyas, y la apretó con gentileza.

-¿Y... y tú?-Preguntó al separarse. Realmente no recordaba siquiera qué era lo que estaba preguntando, ni por qué, simplemente habían salido las palabras al separarse. Acarició la espalda de Alessa mientras la veía intensamente, dejando su mano reposar en la nalga de Alessa.

Sonrió al escuchar aquella respuesta, mirándole a los ojos y besando su mentón, cuando la menor preguntó, se quedó en silencio un par de segundos, pensando la respuesta. Nunca había pensado que sentía por ella, al inicio le veía solo como alguien más con quien deseaba acostarse aunque al conocerle mejor había dejado de considerarla una pareja para sus aventuras y le veía entonces como una herramienta para sus metas, su poder era útil y ella parecía que podría ser manipulada fácilmente, pero habían pasado un par de semanas, en cierto punto, su subconsciente le había dejado de ver como una herramienta y no fue hasta ese momento, cuando la pregunta acerca de sus sentimientos hacia ella surgió, que se dio cuenta de eso. -No lo sé…- Susurró suavemente, mirándole a los ojos. Besó suavemente sus labios, un beso casto -Lo que sea me agrada si significa que puedo estar contigo como ahora…- Susurró, apoyando sus labios contra los labios de Louise pero sin besarla.

Dobló lentamente la pierna que se encontraba entre las de Louise y la levantó, haciendo que subiera lentamente entre las piernas de Louise y obligándole a ésta a separarlas un poco. Se detuvo a la altura del muslo, dejando espacio suficiente para su siguiente movimiento. Sacó su mano derecha de debajo de Louise para llevarla a uno de sus senos y reanudar las caricias que antes había estado proporcionándole mientras que la izquierda fue a su estomago, acariciando suavemente su piel y bajó hasta su intimidad. Sus dedos empezaron a acariciar superficialmente su sexo, apenas tocando con la punta su piel.

Mordió suavemente el cuello de Louise para luego besar ese mismo lugar -Yo… te quiero Louise…- Susurró suavemente sin siquiera darse cuenta de que había expresado sus pensamientos en voz alta.

La respuesta de alessa a lo que sea que le hubiera preguntado no le parecieron del todo lógicas, ésto se debía al hecho de que no recordaba bien qué estaba buscando al preguntar aquello. Sin embargo sonrió dulcemente hacía la otra, con comprensión. Como si inconscientemente sí pudiera entender qué era lo que Alessa decía.

Se rindió ante la presión que Alessa hacía, abriendo las piernas lo justo para que la rodilla de la castaña pasara, su mano, aquella que se encontraba en el trasero de Alessa, no se movió, pero la otra la arrastró sin ganas por lo largo de su cuerpo, como no queriendo alejarse realmente, hasta llegar al cuello de Alessa y de ahí pasando a su barbilla para reposar en su mejilla finalmente.

Una sensación extraña le recorrió el cuerpo ante el toque tan íntimo de Alessa, todo su cuerpo tuvo la reacción de "encogerse", cerró los ojos con fuerza y sus dos manos apretaron, así como sus piernas trataron de cerrarse al instante. Todo eso paso en menos de un segundo, y en otros dos o tres, Louise se relajó completamente, decidiendo que estaba bien.

Abrió los ojos sorprendida ante las palabras de la otra. Quedándose quieta y sin decir nada mientras procesaba esa información que le había llegado en un susurro apenas audible. Luego rió quedo.

Aferró con las dos manos el rostro de Alessa, enredando sus dedos en los cabellos castaños, suaves, delgados... La obligó, ya sin importarle aquello de que no le gustaba que le ordenaran o algo parecido, a subir el rostro hasta que la tuvo de nuevo frente a frente.

-Alessa...-Jadeó sin poder decir todo eso que quería, pues se sentía feliz inexplicablemente, y sabía que le sería muy difícil expresar el por qué. Besó con pasión y con dulzura a la vez a su compañera de habitación, tratando de que con eso ella lo entendiera, aquello que Louise sentía y no podía explicar. Una mano enredada en ese cabello, obligando a la otra a continuar con el beso, mientras que con la punta de los dedos de la otra, recorrió su cuello y siguió el camino de su columna vertebral.

Sonrió ante aquella reacción cuando su mano tocó su intimidad, mirándole de reojo mientras daba un beso en su hombro con delicadeza. Su mano reposó en aquel lugar, acariciando muy suavemente, una caricia que apenas rozaba su cuerpo.

En ese momento, su compañera de cuarto, Louise Delacroix, se convirtió en la persona más hermosa, la única que ante sus ojos podía llegar a brillar tanto, pensamientos poco aceptables en un momento normal pero que llegaban a causar una sensación de felicidad dentro de ella en ese momento. Era una lástima que hubiera entregado aquella pureza a alguien como Alessa, alguien que sin duda terminaría hiriéndola incontables veces, no solo de forma física como había hecho en su hombro sino heridas psicológicas, sentimentales quizá.

Sin decir nada e inconsciente de aquellas palabras dichas hacía tan solo segundos, bajo de su hombro hasta llegar a uno de los senos de la menor y lo mordió, dejando una marca roja en su suave piel mientras terminaba por besar el área alrededor de su pezón, un poco abajo del lugar que había mordido, llegando finalmente a aquel botón y sacando apenas la punta de la lengua para lamerlo suavemente y luego succionarlo con un poco de fuerza. Su diestra reproducía las caricias en el otro seno, masajeándolo y haciendo movimientos circulares con la muñeca para hacer que éste los siguiera, variando también la presión que hacía su mano constantemente, alterando las sensaciones que produciría en su cuerpo, algunas más fuertes mientras que otras serían más débiles.

No pudo evitar causar aquel dulce dolor en ella, volvió a su hombro y retiro la mano de su sexo, la izquierda, tomándole por la cintura con ésta y mientras la otra seguía atendiendo su seno, mordió por última vez el hombro hasta el punto que sus incisivos perforaron la delicada piel de la rubia y lograron que un pequeño hilo de sangre brotara directo en su boca para ser removido por su lengua constantemente y así poder saborear aquel líquido vital.

Por otro lado, la mano que le abrazaba y estaba acariciando su espalda, le arañó con un poco de fuerza aunque esta no hizo ninguna herida pero seguramente causaría ardor y un poco de dolor en aquella zona además de las cinco marcas que había dejado cada uña.

-Dime lo que sientes… dime lo que te provoca cada una de mis acciones… quiero saberlo todo así que por favor, no te contengas en ningún momento- Ordenó mientras su mano izquierda pasaba a atender su otro seno.