Encuentro bajo los cerezos -Privado Raine Zweighaft-

El día era acalorado, aunque esto no era una molestia para la joven del parche en el ojo. Estaba acostumbrada a días como esos desde hace mucho tiempo, a pesar de que su querida mascota no lo estuviera, pues incluso se encontraba acostado sobre su dueña mientras le esta le soplaba algo de aire con un abanico. – Raine muero de caloooor. – decía el felino mientras se acomodaba boca arriba para que le diera el aire en su estomago. Raine sabía que si seguía así podría hacerle peor al pequeño felino, así que se lo llevo de ahí y salió a dar una vuelta por la ciudad para comprar algo frío para refrescarse ambos. A pesar de que su mascota era un felino, no todas las cosas le hacían el mismo efecto que a los demás, al menos podía comer ciertas cosas como si se tratara de un humano normal y sin sufrir efectos negativos en su organismo. Camino un rato por la plaza principal, Dunkel le seguía rápido mientras buscaba una sombra donde esperarle mientras el descansaba un tanto. Fue entonces que la joven decidió entrar a una de las heladerías y comprar un poco de nieve en un pequeño vaso para ambos.

Una vez que compro todo, regreso de nuevo con su mascota y comenzó a mover su mano para que le siguiera. Ahora necesitaría buscar un lugar fresco y tranquilo donde estuvieran los dos sin que les molestaran del todo. El parque sería una buena opción para ambos. Y fue así que entonces, caminando entre varios niños, familias y parejas se adentro más y más a la parte más sola y donde habría más sombra a esta hora del día. Se cubrió su ojo visible de los rayos del sol y comenzó a buscar un lugar, una banca bastante amplia debajo de la sombra de un enorme árbol de cerezo se encontraba a unos pasos de donde ella estaba, y a pesar de que ya había alguien sentado por ahí no importaba, pues bien podría mantenerse alejada y no le molestaría en lo más mínimo.

Se acerco hasta la orilla contraria de la banca mientras que el felino oscuro se subió a la banca a esperar a su dueña, moviendo suavemente la cola con una mirada expectante mientras la joven se iba sentando en el lugar. Así dejándole a un lado el helado mientras ella le observaba como parecía perder la calma su amigo por comer y refrescarse de una vez.– Dunkel no comas tan rápido que te dolerá la panza… – musito de forma baja a su mascota mientras acariciaba su pelaje, pues bien sabía que atraería la atención si alguien le escuchaba hablando con un animal como si de verdad le entendiera. No quería causar una impresión errónea de ella y mucho menos captar toda la atención hacia ella.