Escarlata bajo la luz de la luna -Privado Louise Delacroix +18-

Acarició delicadamente el cuerpo de Alessa, casi de forma inconsciente. Estaba disfrutando de las caricias de Alessa, y pensando en cómo retribuir todo ese placer a su compañera.

-Sigue, no te detengas...-Pidió cuando Alessa alejó su mano de su intimidad. Había querido ordenarlo, pero al último momento recordó que aquello no le agradaba a la castaña, por lo que había decidido decirlo como súplica-¡Ah!-Gimió de dolor ante la mordida de Alessa, sintiéndola ésta vez más profunda que las anteriores, y causándole verdadero dolor.

Arañó la piel de Alessa, un poco por la necesidad de "apretar algo", y otra como una clase de castigo por la mordida. Se tranquilizó un poco al sentir la lengua de la castaña sobre su herida. Entendió que le había sacado sangre, por la manera tan apasionada con la que le lamía el hombro, pero no le importó.

-Eso dolió...-Dijo de forma descuidada. Acarició, sin embargo, la espalda de Alessa por donde había arañado antes. Pensó en lo que la otra le había dicho, con el ceño fruncido: una pregunta así le parecía más bien molesta en ese momento-No sé...-Contestó finalmente.

Aferró los laterales de Alessa, y la empujó hacía el lado donde unos barandales negros separaban la cama de las escaleras para subir a la litera de arriba. Louise enredó una pierna entre las de Alessa, y se giró de manera que las dos quedaran frente a frente.

-¿Tú sientes algo por mí?-Preguntó. Acercándose para besarle rudamente, por apenas unos segundos antes de separarse-. Me dan ganas de besarte todo el tiempo, no sólo ahora. Y además también quisiera abrazarte tanto que no te pudieras separar nunca de mi...-Confesó. Subió su pierna hasta que se encontró en el sexo de Alessa, así como la otra había hecho antes.

Sonrió al escucharla. Claro que le había dolido, aquella había sido la intención con la que le había mordido y su cuerpo le pedía que siguiera más sus acciones fueron controladas por el raciocinio. Sus manos siguieron atendiendo sus senos aunque separó la izquierda y comenzó a acariciar el pezón de su seno derecho con su pulgar y el índice, presionándolo suavemente mientras los demás dedos apenas acariciaban su piel debido a la posición de la mano que le impedía hacer más de una forma cómoda. Bajo de su hombro y retiró la mano izquierda para comenzar a besar su seno, succionándolo suavemente y dándole una pequeña mordida.

Su siniestra regresó a su cintura mientras ella sentía como era tomada en el mismo lugar y luego obligada a girar, quedando al lado de ella. Sus labios se inclinaron ligeramente mientras ella se acercaba al rostro de la rubia y besaba su mentón -Sabes bien… tu sangre- Susurró, aclarando a que se refería. La escuchó atentamente, como siempre hacía cuando se trataba de ella y sonrió, bajando a su cuello para comenzar a morderlo. Aunque no llegaba a lastimarla como había hecho en el cuello, las mordidas eran algo fuertes. -Te quiero… eres una persona importante para mí- Reconoció, cerrando suavemente los ojos al sentir el ascenso de la rodilla de la chica hasta el punto en que pudo acariciar su sexo, como ella misma había hecho antes.

Su mano entonces se aventuró más abajo y como había hecho en un principio, la colocó entre sus piernas, acariciando suavemente su sexo -Eres una nena traviesa… me gustan las nenas traviesas- Le susurró al oído, primero con tono serio aunque después con un tono más seductor, mordiendo su lóbulo y tirando suavemente de él al mismo tiempo que comenzaba a acariciar la intimidad de Louise, estimulando su cuerpo para aumentar la excitación. Se separó un poco para poder ver su rostro y le sonrió divertida, besando con delicadeza sus labios.

-Te deseo… deseo hacerte el amor… ahora mismo lo deseo… ya no pienso esperar más- Su dedo medio presionó ligeramente, comenzando a penetrarla con suavidad pues no creía que ella estuviese acostumbrada a la sensación, quizá le resultaría algo incómodo al principio.

-Mmm- Murmuró, haciendo el sonido apropósito para darle a entender a la castaña que estaba pensando en algo-, esa vez que...-Dijo jadeando un poco ante el dolor que le ocasionaban los mordiscos-... Que probé tu sangre...Quisiera probarla de nuevo...-Dijo, mirando a los ojos de Alessa con intensidad.

Cuando la de ojos morados le dijo que la quería no pudo evitar sonreír. Movió en circulos lentos su rodilla, como si aquello fuera un premio por aquellas palabras. En ésta ocasión, al sentir la mano de Alessa de nuevo en su sexo, abrió un poco más las piernas, a penas un poco porque tampoco quería dejar de acariciar a Alessa con su rodilla.

Su expresión no cambió ante la primera parte de lo dicho por Alessa, pero cuando ésta lo completó con el "me encantan las nenas traviesas", Louise sonrió de una forma que podría considerase "bobaliconamente", rió un poco, y giró el rostro para poder besar la mejilla de Alessa.

Con su mano izquierda, que era la que había quedado contra la cama, subió hasta acunar en ella la mejilla de Alessa, acercándola para darle un beso dulce, que disfrutó como si fuera un manjar, y con la derecha aferró las caderas de la castaña para poder guiar un poco el movimiento de su rodilla.

Entrecerró los ojos al sentir ese dedo aventurándose con delicadeza en su cavidad, abrió la boca para soltar un jadeo de sorpresa, pues era una sensación extraña a la que no estaba muy acostumbrada.

-Alessa...-Jadeo, redirigiendo el rostro de la chica para volver a besar sus labios-... Es raro...-Susurró-, se siente diferente a cuando lo hago yo misma...-Confesó sin apenas darse cuenta. Volvió a besar a Alessa- No esperes más...-Pidió sonriente. Frotó con más insistencia en el punto que sabía que le encantaría a su compañera.

Sonrió dulcemente con sus palabras. Tan tierna como siempre, pensó. Su cuerpo sufrió un pequeño espasmo con el movimiento de la pierna ajena, sintiendo la rodilla de la menor presionándose y frotando contra su sexo. Cerró suavemente los ojos, moviendo su cadera hacia su pierna, buscando hacer más intensa aquella agradable sensación que le causaba aquel movimiento por parte de Louise.

En el momento en el que Louise le dio aquel delicado beso, acariciando su mejilla, hizo que su sangre rompiera el labio inferior para cumplir su petición y darle a probar un poco de su sangre justo como el día que le había conocido, aunque esta vez sin botella. Cuando se separaron, lamió su labio para limpiar la sangre y luego deslizó su lengua hacia los labios ajenos para hacer lo mismo de forma seductora. Bajo así hasta su cuello, lamiéndolo, y volvió a darle una mordida, fuerte pero no llegó a dañar la piel. Se quedó un momento así, lamiendo la parte de su piel que estaba entre sus dientes, saboreándola y deseando poder probar aquel líquido que corría por debajo, más no podía ni debía hacerlo.

Volvió a sus labios, besándole de forma más apasionada y se separó pocos segundos después, no por decisión propia sino que la rubia quería hablar un poco más. Al oírle, sonrió. Se le estaba entregando… por ese motivo, simplemente no se contendría más. Rió de forma pícara, mirándole a los ojos -Así que te has tocado antes???- Susurró divertida, bajando lentamente hasta uno de sus senos y mordiendo con suavidad su pezón, dándole luego un beso con ternura -Te aseguro que esta noche, sentirás algo que nunca más volverás a sentir…- Se quedó en silencio y luego de lamer un par de veces alrededor de su pezón, siguió descendiendo por su estomago, lamiéndolo suavemente y jugueteando un momento en su ombligo con la lengua, mirándole a los ojos.

Retiró con delicadeza la mano de su sexo, ya estaba un poco mojada así que llevo el dedo que había utilizado para penetrarle hacia su rostro y sonrió. Ladeó la cabeza y sacó la punta de su lengua, pasándola desde la base hasta la punta del dedo. Saboreó un poco de aquel fluido que apenas empezaba a hacerse presente y terminó su descenso aunque no fue su sexo el punto al que llegó.

Se detuvo hasta haber llegado a su muslo, casi en su rodilla y comenzó a morder su pierna, con fuerza pero no como antes, no creía estar causándole dolor, aunque las mordidas no pasarían desapercibidas. Una vez que captó su atención en ese punto, donde mordía, comenzó a subir una mano por el muslo contrario hasta su cadera y después de ahí, la dirigió hacia su sexo.

Le acarició de forma superficial un par de veces y después dirigió su atención hacia su clítoris, rozando suavemente la punta de su dedo contra aquel sensible botón.

Lamió los labios de Alessa con delicadeza, tomando un poco de aquel líquido que a la castaña parecía encantarle. Debía decir que no era algo que le pareciera extraño, pero tampoco lograba comprender del todo la obsesión de la otra con la sangre.

Cada vez que Alessa le mordía su cuerpo se arqueaba ligeramente y en un intento por no gritar, apretaba fuertemente la mandíbula y enterraba sus uñas en la delicada piel de Alessa un momento antes de soltarla para no causarle daño.

Un sonido extraño y gutural se le escapó al momento en el que Alessa tomó su pezón entre sus labios y un abrazador calor le recorrió el cuerpo ante las palabras que dijo después.

Alessa se empezó a mover, recorriendo su cuerpo lo que hacía para Louise imposible tocar a Alessa en la forma que quería, y también hacía que su respiración se volviera irregular.

-Alessa...-Suspiró, alzándose un poco para poder mirar los ojos de la otra que brillaban con deseo. Acarició los hombros de su compañera y delineó las vértebras de su cuello.

Tragaba saliva continuamente, a pesar de que sentía que podría ahogarse en alguno de sus intentos. Por su boca ligeramente entreabierta escapaban jadeos y gemidos suaves que trataba de controlar. Sin embargo tener a Alessa tan cerca de un lugar tan sensible y no estremecerse era un proesa increíble.

En un reflejo sujetó la muñeca de Alessa al tocar ella su clítoris, había sentido una corriente eléctrica que le había hecho arquearse, y soltar un grito bastante agudo. Escuchó la risa de Alessa y al instante soltó su mano, sonriéndose avergonzada.

Sonrió satisfecha al ver aquella reacción por parte de la menor ante su caricia. Relamió sus labios y le dio una suave mordida en la parte interna del muslo, mirándole fijamente a los ojos mientras sonreía de forma traviesa -¿Qué ocurre pequeña? ¿Te incomoda que toque esos lugares?- Susurró sugerentemente, deslizando su dedo en el sexo de la rubia, acariciando suavemente un par de veces toda esa zona, deteniéndose finalmente en el punto donde había iniciado, aquel pequeño botón.

Movió suavemente en círculos, presionando con su dedo un poco y lamiendo su muslo, saboreando su piel. Subió lentamente hasta su ingle y “abrazó” su pierna por debajo, dejando la mano sobre su vientre. Besó suavemente la parte baja de su vientre, casi en su sexo y pasó de forma traviesa su lengua. Se divertía jugando y no desaprovecharía esa oportunidad para hacerlo.

Su otra mano subió lentamente, acariciando su costado y deteniéndose sobre uno de sus senos. Ladeó la cabeza ligeramente y comenzó a masajearlo, tomando entre su pulgar y su índice el pezón de la rubia, cambiando constantemente la presión con la que le acariciaba.

Su propio cuerpo respondía con el simple hecho de estar tocando a su compañera, sentía la necesidad de recibir las mismas caricias que proporcionaba a la otra pero las tendría que aguantar. No solía preocuparse por los demás pero esta vez, tan solo esta vez, quería poner a la otra por encima de sus propias necesidades.

-Dime preciosa… ¿qué debería hacer ahora? Cumpliré cada uno de tus deseos esta noche, solo debes pedírmelo- Susurró suavemente, sonriéndole con ternura mientras posaba sus labios en aquel punto que sus dedos habían estado atendiendo antes, su clítoris. Lamió suavemente, manteniendo un ritmo lento en lo que hacía.

Las acciones de Alessa, que para otros podrían llegar a ser sádicas, se volvieron comunes para ella. No recordaba haberse quejado nunca de verdad, pero si lo aceptaba... Mientras no fuera realmente doloroso, era incluso placentero.

Entrecerró los ojos ante la pregunta de Alessa, tardando un tiempo en procesarla. Aun no se encontraba en el punto en el que no podía pensar nada, pero estaba muy cerca...

-No...-Jadeó-, en realidad... Me gusta...-Le hizo saber a Alessa.

Después de eso, lo único que era capaz de hacer era soltar gemidos ahogados, y aveces, removerse un poco. Era incómodo sentirse "acorralada" por Alessa, pero todo lo que la castaña hacía le gustaba. Quería regresar esas mismas caricias, pero era complicado para ella. Se preguntaba cómo Alessa podía concentrarse en varias cosas a la vez...

Acariciaba todo aquello que alcanzaba de Alessa desde su posición: su cabello, su rostro, su brazo... En ocasiones, enterraba sus uñas en la piel de Alessa, a causa de un temblor en su cuerpo.

-mmm...-Murmuró mientras pensaba en lo que la castaña le preguntaba.

La alejó con delicadeza de ella. Louise se removió hasta quedar hincada frente a Alessa. Su cuerpo entero temblaba. Se apoyó en la castaña, pues sentía su cuerpo tembloroso y al mismo tiempo rígido.

-¿Qué te gustaría a ti?-Preguntó, acariciando los hombros de Alessa, e inclinándose para darle un beso.

Su mano izquierda acarició su cuello, bajando a su pecho, tocó con suavidad el pezón de Alessa, y bajó de nuevo, llegando hasta sus muslos, recorriendo con suavidad la piel a su paso.

-¿Entonces?-Preguntó, separándose apenas unos centímetros de su rostro.